miércoles, 31 de julio de 2013

#Épsilondc, ¿Existe en la Nube ya una Oligarquía??

Todo esto es un buen debate y  de que el Cloud Computing abrirá paso al patrón  en etapas anteriores de la historia de la computación: unos cuantos proveedores grandes dominarán la nueva era, justo como hicieron sus antecesores. La salvación es que quizá sea un nuevo grupo de amos.
La Nube es diferente de las etapas anteriores de la historia del cómputo. Por una parte, está dominada más de lo que podemos apreciar por el uso de código abierto y materias primas de nivel básico económicas.
Segundo, la computación en la Nube no es una cosa, aunque seguimos haciendo referencia a ella como una sola entidad. Lo esencial acerca de la Nube es que es una nueva manera de distribuir ciclos de cómputo a usuarios finales que aprovechan el equipo de red y básico. Si la Nube fuese una cosa, usted podría preguntarse qué constituye un centro de datos en la Nube. Y al observarlos podrá concluir que no hay un anteproyecto. Simplemente son los centros de datos más recientes que podemos construir y que aprovechan servidores básicos y operaciones de bajo costo.
Estamos de acuerdo en que Amazon Web Services (AWS) disfruta el estatus de haber sido el primero en actuar. Tiene una compañía matriz audaz y agresiva en Amazon.com y fondos de capital que emanan del flujo de efectivo de la que se está convirtiendo en la firma detallista más grande del mundo. Microsoft, con sus monopolios de Windows y Office en las computadoras de escritorio, es también un gigante plenamente comprometido a ofrecer computación en la Nube. IBM, que ha sido un actor dominante en el pasado, incursiona en el mercado de manera más persuasiva con la adición de SoftLayer. Y Google, con su dominio en buscadores, se convirtió en un gigante potencial del Cloud Computing cuando anuncióGoogle Compute Engine.
“Con la llegada de grandes actores a la operación online con tipos de servicios similares, es posible que estemos comenzando a ver una consolidación del mercado primario del Cloud Computing en las manos de unos cuantos proveedores poderosos”, escribió McKendrick en Forbes. “Esto puede ser el anuncio de un oligopolio de IT”, concluyó, citando a Rogers (de 451 Research).
Marko escribió: “Aunque la industria de los servicios en la Nube aún es joven, los frutos que cuelgan más bajo ya han sido arrancados. Los nuevos participantes que intentan competir en precio o en servicios personalizados para mercados específicos aspiran cada vez a ocupar limbos más altos, y por consiguiente cada vez más extendidos… Desde esta perspectiva, los Goliats de la Nube con sus plataformas enriquecidas y en continua expansión aporrean a los Davides suspendidos de una roca implorando capacidad computacional pura”.
Éstas son buenas observaciones, si bien prematuras. No tenemos una oligarquía en la Nube. Ni siquiera estamos cerca de una. Google no tuvo un producto de uso general para la Nube sino hasta junio de 2012 y aún no veo claro que tenga la masa crítica para competir con Amazon. IBM estaba tan rezagada que tuvo que comprar su boleto de entrada con SoftLayer, adquisición que se concretó hace una semana y que aún no significa que IBM sea el siguiente miembro de la oligarquía. Microsoft es un actor de la Nube, ciertamente por su base de clientes existente, pero debe cambiar su histrionismo por código abierto. ¿Vislumbra a desarrolladores de aplicaciones de código abierto yendo en tropel hacia Microsoft Azure? Bueno, el futuro oligarca de la Nube necesita desarrolladores de aplicaciones de código abierto, muchos de ellos, para poder llamarla hogar.
Estoy más intrigado por Heroku, Engine Yard, Joyent, Open Shift de Red Hat, Cloud Foundry de VMware y nuevos actores como DigitalOcean, que pasaron de 100 a 7,000 servidores entre diciembre y junio. ¿Cómo pudieron los oligarcas permitirles que se salieran con la suya?
Ya para terminar de hablar de esto, acudí a Joe Weinman, autor de Cloudonomics y vicepresidente senior de Telx, quien también ha leído el reporte de Rogers de 451 Research y llega a una conclusión más mezclada. Su visión es que la economía de los servicios básicos de la Nube creará unos cuantos proveedores grandes que competirán en economías de escala. “Pero eso no significa que no habrá una larga fila de otros proveedores compitiendo en otros terrenos”, añade. Uno sería la proximidad. Un servicio de videoconferencias necesita un centro de datos cercano a sus clientes para reducir las latencias inherentes a la distancia. De la misma forma, los proveedores de juegos o videos interactivos buscarán formas de distribuir sus mercancías cerca de los clientes.
Weinman citó una analogía: “¿Existirán las cadenas hoteleras Marriott, Starwood e International en el futuro? Ciertamente. Pero también los B&B”. Si lee atentamente sus palabras, Rogers dice algo similar, que surgirá un sistema equilibrado con una mezcla de proveedores grandes y pequeños.
En mi opinión, los líderes de hoy pueden quedar presos en la arquitectura de la Nube que tan agresivamente han construido. Es posible que un nuevo actor, que aproveche adelantos técnicos y los beneficios de la Ley de Moore, pueda flanquearlos más rápido de lo que se puedan recuperar.
Calculo convencido que algún día se formará una oligarquía en los servicios de Nube. El problema es que sólo veo un miembro seguro en este momento. Ésta es una industria joven, donde se siguen probando muchas opciones. Como observó Rogers al final de su análisis, “el problema con predecir el futuro es que nadie sabe a ciencia cierta qué sucederá a continuación”.

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